domingo, 17 de enero de 2010

2.6. Gobierno reprime y encarece las importaciones


Hace pocos años, las importaciones de productos se mantuvieron en un promedio de 23 por ciento del total de la oferta agregada. Mas, en el actual Gobierno se incrementó su aporte, así como el gasto público ante la mayor flujo de recursos provenientes de las exportaciones de petróleo con altos precios.
En el 2008 las importaciones representaron el 28,8 por ciento, esto es un incremento del 25 por ciento sobre el promedio anterior.
Mas, frente a la crisis que se vive, el Gobierno introdujo ajustes restringiendo y reprimiendo las importaciones, para reducir la salida de dólares. La actual crisis en la balanza comercial ha hecho que el Gobierno decida restringir la importación de cerca de 600 ítems con recargos arancelarios de hasta el 35% a los aranceles vigentes o con la adopción de cupos para importar (Resoluciones 466 y 467 del 19 y 22 de enero del 2009 del COMEXI).
Paradógicamente, no se aborda el tema de la reducción del gasto público, ni de los subsidios como alternativas para afrontar la crisis.
La restricción de las importaciones, sumado a la reducción de la producción por verse afectada la demanda local, disminuirán las recaudaciones de tributos, lo cual presionará a su vez para que se asfixie las finanzas públicas.

Salvagurdias no es la alternativa

Históricamente se ha demostrado que las restricciones a las importaciones, termina por proteger a las deficientes fuentes de producción y el contrabando, tienen el agravante de que no puja a que se desarrolle la industria local, pues fomenta la incompetencia y la improductividad, perjudicando con ello a los consumidores.
Décadas de proteccionismo impulsadas por error por la CEPAL, forzó a los consumidores a subsidiar a los industriales pagando por productos malos y caros, pero este escenario cambió cuando llegó la apertura comercial y las desgravaciones arancelarias progresivas, impulsado por los países desarrollados que jerarquizaron las políticas de libre mercado.
La liberación arancelaria dio lugar a que las falsas industrias no resistan la competencia, se derrumben y salgan de los mercados, dado que los consumidores tuvieron acceso a productos de mejor calidad y precio.
Y múltiples Tratados de Libre Comercio (TLC) se han suscrito entre países en las últimas décadas. Chile tiene celebrado 48.
Perú con los Estados Unidos, el TLC entra en vigencia desde hoy, con liberaciones arancelarias totales (sin gravámenes) de 180 items y parciales para más de 1.000 productos será una oportunidad para vender más pues hay un mercado de millones de consumidores. Las inversiones van a llegar con mayores flujos a Perú, para crear trabajo y generar más producción y para mejorar sus procesos técnicos y productivos.
De su parte, el TLC entre Colombia y EE.UU., que esta por entrar en vigencia una vez que el Senado de los EE.UU. lo ratifique, generará más ventajas al vecino país para llegar con su oferta exportable al mercado más grande del mundo. Es un muy buen negocio ,porque allá está el crecimiento y están los consumidores que requiere la industria y el agro en Colombia para su desarrollo.
Pero, en el Ecuador otra vez, hemos vuelto a las nefastas y represivas políticas que desalientan la producción y el comercio. Las restricciones discrecionales (más aranceles y prohibiciones de importar) se constituyen en un arma política donde el Gobierno, a pretexto de frenar el drenaje de dólares al exterior, decide a dedo (decreto) quienes ganan o pierden, donde se fomentan actividades ilícitas. De paso, se obliga a los consumidores a asumir los costos de la ineficiencia.
Y muchos exportadores nacionales encontrarán más viable hacer ventas en los dos países vecinos antes que hacerlo directamente a los EE.UU. Todo, porque en el “Correismo” no prospera la idea de negociar un TLC con los EE.UU.
El Gobierno anda por el camino equivocado.
www.ticsdemanabi.net

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