
Paul Tapia Goya, en la Revista Vistazo del 17/11/2009, destaca lo siguiente:
Guillermo Mastrini, en “Medios públicos y derechos de comunicación” observa que los servicios informativos del estado en Latinoamérica no representan al conjunto de la sociedad, sino a los intereses de los partidos de gobierno.
Revela Mastrini que en nuestro subcontinente el poder “utiliza los medios para promover comercialmente su dis-curso único y su imagen”. Esto ocurre con el Gobierno del Ecuador.
De ahí que llamar “medios públicos” a los medios de propaganda oficial viola el principio mismo de los derechos de comunicación. Hoy se dice que el estado somos todos, pero en Latinoamérica el gobierno por sí mismo no re-presenta en absoluto el interés general. “Los medios estatales no son necesariamente públicos” señala.
Por ese motivo aquí “el ideal del servicio de comunicación pública ha sido cubierto por organizaciones no gubernamentales y otros actores de la sociedad civil”. La herramienta gubernamental fue sustituida por medios alternativos fuera del ámbito estatal.
De ahí que Mastrini proponga que el ‘servicio público’ de los medios sea protegido por el estado contra la ingerencia de los gobiernos. Para ello cita el “modelo europeo” de medios públicos, como la British Broadcasting Corp. BBC, que desde 1922 es la cadena más grande de transmisión de noticias el mundo, libre de controles políticos bajo un estatuto real que garantiza su independencia.
En Sudáfrica, bajo el mismo modelo europeo, desde 1993 las telecomunicaciones del estado se manejan con juntas directivas nombradas vía audiencias públicas. En los Estados Unidos, la NPR (National Public Radio) funciona mediante contribuciones y sin publicidad ni propaganda de la Casa Blanca.
“Sólo un modelo autónomo en los medios estatales de Latinoamérica permitiría una activa defensa ciudadana ante la manipulación oficial y una rendición de cuentas transparente”, según Mastrini.
En efecto, en Ecuador los contribuyentes financiamos la empresa electoral permanente del partido de gobierno, llamada “revolución ciudadana”, que es propietaria de los medios estatales. Concentrada en la promoción personalista del mandatario, disfrazada de información, se omite con una clara visión unipolar.
La Sociedad Interamericana de Prensa ha denunciado el uso de los medios públicos como parte de una “arquitectura legal” para imponer el discurso partidista. El informe de la SIP alude a las “leyes mordaza” que se tramitan en los congresos de varias naciones de América hispana.
Como indica Mastrini, los “medios estatales” además compiten deslealmente con subsidios, apoyando campañas persistentes de desprestigio a la prensa no gubernamental.
En Ecuador, el diario El Telégrafo, en manos del gobierno desde el 2007 -con una inversion de 16 millones de dólares desde el Ministerio de Finanzas- arroja ya pérdidas por 4,7 millones, pues su tiraje se regala en su gran mayoría, como si se tratara de hojas volantes. Añádase a esta ventaja la imposición de IVA que se aplica al papel periódico de los diarios privados.
La página editorial del diario autodenominado “pluralista” se concentra en llamar “mediums” y “representantes de los poderes fácticos” a su competencia en el mercado informativo.
El Telégrafo es parte de un holding estatal de medios que incluye: Radio Nacional (AM) Radio Pública del Ecuador (FM); Ecuador TV, el diario digital El Ciudadano; los canales TC Televisión, Gamatv, Cable Noticias (CN3) y Cable deportes (CD7); las emisoras Carrusel y Súper K 800; y las revistas La Onda, El Agro, Samborondón y Valles, de Editorial Uminasa.
Pronto se unirá a este cartel estatal la Agencia Nacional de Noticias del Ecuador y Sudamérica (ANDES), que seguirán la línea de “izquierda dura” de Telesur, medio oficial del grupo del ALBA. De hecho ANDES entró en operaciones en diciembre del 2009
A años luz de aplicar el modelo europeo, el Ecuador tiene un largo camino para hacer públicos los medios estatales, que muy pronto, de seguro, incorporarán el slogan “patria socialista o muerte” de esta promocionada franquicia política.
En gestación nuevo periódico del Gobierno
Aunque todavía no tiene un nombre oficial, varios periodistas que ya trabajan en el proyecto, lo llaman "El Compañerito” (www.enteratecuador.com/frontEnd/main.php?idSeccion=32563). Se trata del nuevo periódico que el Gobierno proyecta lanzar al mercado en los próximos tres meses, según los cálculos más optimistas. Por ahora, uno de los responsables de dar forma a este nuevo medio, bajo administración del Gobierno, es José Orús Guerra, quien hace oficina en las instalaciones del diario El Telégrafo, en el centro de Guayaquil.
Orús precisó el 21 de enero del 2010, que fue contratado por El Telégrafo para trabajar en la asesoría del nuevo producto. Como tal se ha encargado de seleccionar al personal que trabajará en el nuevo periódico. "Una parte será de El Telégrafo, y otra parte contratada". Dijo que se trata de un diario de 24 páginas a todo color, que contendrá, específicamente, noticias sobre deporte, farándula televisiva, cultura,…
Aclaró que no será un periódico de opinión, ya que no habrá columnistas ni editorial. "Al menos hasta ahora no está diseñado así". Lo que sí es parte del proyecto es la venta de publicidad, para generar ingresos. Será impreso en una rotativa de propiedad de El Telégrafo, equipo que recién llegó las instalaciones del nuevo medio de comunicación, en la avenida Carlos Julio Arosemena.
En ese lugar funcionaron los patios de la empresa Sico y aún no se hacen las adecuaciones para la redacción.
Entre los periodistas contratados están Máximo García, ex editor general de Extra, y Hernán Muñoz, ex cronista del mismo diario. García estuvo últimamente en Gama TV y ahora es el encargado de la conformación del equipo periodístico del nuevo diario estatal. Al momento, recibe y selecciona carpetas de aspirantes.
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