
Walter Spurrier, cuestiona (El Comercio,15 sept 2009) al Gobierno por el retiro de manos de Petroproducción (el campo petrolero de mayor producción, Sacha, y lo ubicó en una flamante subsidiaria de capital social simbólico, Río Napo constituida por Petroproducción (70% de la participación) y por la venezolana PDVSA (30%), y la autorización a ésta, para retener como “costo” USD 9 por barril más que antes, esto es unos USD 280 millones anuales en lugar de USD 130 millones.
Spurrier recuerda que Sacha revirtió al Estado a cero costo con una producción superior a los 60 000 barriles. En más de un cuarto de siglo no se ha hecho mayor inversión, se perdieron 15 000 barriles diarios y el costo no pudo haberse elevado tanto. El aumento de “costo” es una utilidad disfrazada que permitirá incrementar la inversión para recuperar la producción.
Lo que no se entiende, anota Spurrier, es que como muestra de “hermandad” con el presidente Chávez, Correa entregue a la estatal venezolana PDVSA el 30 % de Río Napo y del incremento en la producción.
También destaca Spurrier lo siguiente:
Durante la “larga noche neoliberal” en que “la partidocracia privatizadora” administraba el petróleo, los contratos se adjudicaban mediante concurso. Había un reglamento para el concurso, se redactaban bases de los contratos, se los publicaba en el Registro Oficial, se adjudicaba a la mejor propuesta. Petroecuador armaba un equipo negociador para extraer mejores condiciones del contratista, que tenía que comprometerse a realizar a su costo exclusivo todo un programa de inversión de riesgo en áreas donde no se sabía si había petróleo.
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De otra parte, hay voces provenientes de los trabajadores petroleros, así como de otros grupos (Análisis, Diario Hoy, 6 oct 2009), que alertan sobre el precio que se quiere pagar a PDVSA (por utilizar “tecnología de punta” por la producción de barril. Aparte, se fijó otra tarifa por la producción incremental en Sacha) de USD 7,81. Según los técnicos, este no debería sobrepasar los USD 5 por barril.
Petroproducción sin estrategia
Y sobre Sacha lo que se requiere es una reingeniería integral de la explotación del campo. En los últimos tiempos de Texaco el petróleo ecuatoriano se vendía en unos USD 17. Un cuarto de siglo después con precios mayores a USD 50, hay otras técnicas a aplicarse que permiten incrementar el porcentaje del crudo bajo tierra que puede recuperarse. Para esa tarea se requiere una empresa petrolera con mejor nivel técnico y operativo que Pdvsa, desmejorada desde que el presidente Chávez despidió masivamente a sus directivos y técnicos por falta de lealtad política.
De otra parte y sobre este tema, Pablo Lucio Paredes anota (El Universo, 14 noviembre 2009) que “El Gobierno cree que las alianzas entre empresas estatales son la mejor solución en sectores estratégicos y, sobre todo, las alianzas con ciertos países”. Por lo que se pregunta “¿Cuál es el sustento efectivo para esta estrategia, más allá de las emociones ideológicas? ¿Cómo mostrar, por ejemplo, que la alianza con Pdvsa ha tenido el más mínimo sentido?.
Así mismo, el experto petrolero Fernando Villavicencio y el asambleísta César Montúfar, al tiempo que enjuician penalmente por el “caso del gas del Golfo”, por peculado, al vicepresidente de Petroproducción, Freddy García, y al presidente de Petroecuador, Luis Jaramillo, (Expreso, 15 diciembre 2009) lo hacen también, porque “subieron ilegalmente el costo operativo de la curva base de un promedio histórico de USD 5 por barril a USD 7,81 por barril en el contrato del campo Sacha”.
“Con esa variación, el costo anual total aumentará de USD 90,8 millones a USD 141,9 millones, lo que da una diferencia, en perjuicio de Petroecuador, de 51 millones de dólares anuales aproximadamente, lo cual configura también el delito de peculado”, afirmó Villavicencio.
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