
Frente a los anuncios del Gobierno de elevar los salarios básicos de USD 218 a USD 320, Pablo Lucio Paredes considera (El Universo, 28 noviembre 2009) que, “las empresas donde hay más capital en relación al trabajo (donde más podría darse el “abuso”) son las empresas donde los salarios son más altos, y en general superiores a los 320 dólares.
Lucio Paredes anota que, las empresas que menos pagan son las micro, pequeñas y medianas donde hay más trabajo que capital (y por eso mismo pagan menos, porque no hay suficiente maquinaria y tecnología para mejorar los procesos productivos) y el peso de los salarios es mucho mayor. Es ahí donde el aumento salarial tendrá más efecto… y dónde menos podrá hacerse realidad, porque esas empresas van a reaccionar de tres maneras: o disminuyendo empleo, o aumentando precios, o reemplazando trabajo por pequeña maquinaria (generalmente importada, además). Los que mantengan su empleo tendrán mejores salarios, pero a costa de más desempleados y subempleados. Y los más afectados, no nos engañemos, son las personas de menor calificación, es decir, a los que este Gobierno supuestamente quiere apoyar.
De allì que Lucio Paredes pegunta: ¿Por qué mejor no nos dedicamos a realmente promover el empleo y mejores salarios creando un clima de competencia y confianza en que la gente quiera emprender, invertir y tomar riesgos? La estrategia de imponer salarios o simplemente aumentar el gasto como mecanismo multiplicador de crecimiento es totalmente errada. El Gobierno debe hacer lo suyo por supuesto, y hay mucho que hacer, pero, al convertirse en el eje social, mata el dinamismo social. Hay soluciones que suenan bonito…. Pero no son pragmáticas.
Visto el rechazo empresarial a las mejoras salariales, los ministros de la Producciòn y de Relaciones Laborales, salieron a manifestar que el incremento no será dispuesto de inmediato.
Abelardo Pachano (El Comercio 11 diciembre 2009) señala que la fórmula de aumentar impuestos y salarios sin tomar en cuenta la etapa económica, la existencia de cientos de miles de desempleados sólo reduce la demanda de mano de obra. Achica a la economía formal e incentiva la búsqueda de mecanismos para informalizar el trabajo. El Mandato 8 es un ejemplo de destrucción social. Con la propuesta del salario ‘digno’, los sectores con más mano de obra son los más afectados: en la construcción el 64% de los trabajadores tienen ingreso inferior al propuesto.
En la agricultura el 84%, con lo cual el efecto carambola en los precios es inevitable, que se refleja en la canasta básica de consumo de la gran mayoría de los ecuatorianos constituida por alimentos.
Pachano destaca que es crucial atraer capitales para combatir el desempleo. No se trata de desproteger a los trabajadores o desfinanciar al Estado sino de encontrar fórmulas creativas que permitan salir de este bache de una forma positiva y solidaria. Se sabe que el Estado es inútil en la solución directa del empleo.
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