
El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti escribió en El País de Madrid (Diario Hoy, 21 agost 2009), sobre el inusitado incremento en compra de armamento en los últimos 9 años. Es vergonzoso reconocer que América del Sur ha gastado USD 34 100 millones el año pasado (2008), 50% más que en 1999, cuando el promedio mundial, pese a todos los conflictos, está bastante por debajo, ubicándose en un 2,4% del PIB mundial, porcentaje superado por el Ecuador (3,6%). Una región que no tiene conflictos externos y en la que, a excepción de Colombia, los países han logrado controlar sus desavenencias internas sin tener que recurrir a las armas. Una región en la que la desigualdad, la falta de oportunidades, la democracia, se encuentran en permanente peligro.
El Ecuador, especialmente en estos dos últimos años, ha efectuado un inaudito gasto militar. Si bien antes de 1999 la razón para hacerlo radicaba en la permanente confrontación con el Perú, solucionado el impasse territorial, no había razón para que los gastos e inversiones militares siguieran en aumento.
La incursión de Colombia en Angostura disparó el patrioterismo del Gobierno, buscando justificar la urgente inversión en armamentos. Aviones no tripulados para que reemplacen a los de los Estados Unidos que operaban desde la base de Manta. Naves Tucano para controlar la frontera de más de 600 km con Colombia. Armas de todo calibre, chalecos antibalas, vehículos para desfiles, helicópteros de faena y de paseo, etc. Todo este esfuerzo nacional para "protegernos" de los “enemigos”.
Y se agregan: los 6 viejos Mirage, dados de baja y “regalados” al pais por Venezuela tan “generosamente” por parte de Chávez, pero que van a costar al Estado millones de dólares para ponerlos “al día”. Está también la cuestionada compra de la flota de 7 helicópteros Dhruv de la India; la anunciada adquisición a Rusia de 2 helicópteros y otros armamentos que acaba de acordar Correa para destinarlo al transporte de tropas; así como, la adquisición de 12 Cheetah C, aviones obsoletos, que ningún país tiene en uso, negociados con Sudáfrica en USD 35 millones. A esto se suma, a pretexto de modernizar nuestra fuerza aérea, la planificación para que a mediano plazo se compre una flota supersónica de jets. ¿A que costo?.
Paradójicamente, más allá del excesivo gasto militar, las confrontaciones personalistas, el desperdicio de recursos públicos, la corrupción disfrazada en cambio social, el irrespeto a la opinión ajena, la asfixiante propaganda gubernamental,… la pobreza, el desempleo, los apagones, los problemas y conflictividades sociales se multiplican.
Pero. ¿Para qué armarnos tanto y no seguir el ejemplo de Costa Rica que no tiene ejército, pero si una policía fortalecida?. El ejemplo de Costa Rica es digno de imitarse, a fin de parar la carrera armamentista en la que nos a envuelto el Gobierno de Correa.
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