lunes, 1 de febrero de 2010

16.7. Campea el carrusel de la corrupcion y la impunidad


Jorge Vivanco (Expreso 13 nov. 2009) destaca que la corrupción del sector público cabalga en la impunidad, por la desaparición de la escala de valores morales. El pueblo en su sabia lengua lo describe: la táctica que se aplica es tapar un escándalo con otro.
Hechos que corroboran lo dicho son muchos, señala Vivanco. El descubrimiento de los contratos firmados con el Estado, violando la ley y la ética por el hermano del Presidente de la República, cuyo monto pasa los USD 160 millones. Las vacilantes intervenciones de los tribunales de justicia. El contraataque de Fabricio, el Gran Hermano, haciendo múltiples acusaciones de corrupción y de aprovechamiento porte de los integrantes del “círculo rosa”.
La gorda lista de personajes sobornados con que Invermun aseguraba sus multimillonarios negocios de los “tragamonedas”.
Las decenas y decenas de contratos dados a dedo al amparo de las emergencias, con voluminosos anticipos y sin fiscalización, en los que se han gastado más de USD 15.000 millones.
La actitud de los órganos legislativos y de control obedientes y mudos.
Hasta que vinieron los apagones, producto de la imprevisión, de una política eléctrica miope. Esto distrajo la atención de la ciudadanía a fuerza de irritación, porque en la semioscuridad, el país se estanca y la miseria galopa.
Han bajado un telón de fondo tras el cual se pretende esconder el horrible rostro de la corrupción; pero el pueblo levantará ese telón y sabrá castigar por sí mismo, a los que manejan el carrusel de la impunidad.

De otra parte, el caso Filanbanco, es el más emblemático en atracos que ha sufrido el país y que va camino a quedar impune. Diez años de “persecución” judicial no han servido para nada. Los responsables (Hnos Isaías y otros) del mayor saqueo de la historia del Ecuador, están a buen recaudo y con respaldo del poder judicial, cuando unos conjueces (jueces suplentes) cambiaron ilegalmente (contra norma expresa) la figura jurídica de peculado por la de falsificación de balances, provocando que la causa prescriba.

Falta ver que los revolucionarios del Gobierno, como el Ministro de Justicia, así como la Fiscalía salgan a defender los intereses nacionales y eviten que reine la impunidad.

Fiscalización para frenar la corrupción es un fiasco, una pantomima

Xavier Neira, (Diario Hoy, 6 abril 2009), destaca que el enjuiciamiento político a los ministros, potestad legislativa a la que se refieren los arts. 120, 131 y otros de la Constitución, está bloqueado por el propio congresillo, que se ha ganado, con sobra de méritos, ese vergonzoso apelativo. E igual ocurre con la actual Asamblea Nacional.
Neira señala, que es tan descarado el encubrimiento al Gobierno que, a la postre, el proceso de fiscalización se convierte en un fiasco porque revela el maridaje existente y la ninguna independencia del legislativo, que actúa supeditado a las conveniencias del gobernante. En este escenario se inscriben las interpelaciones que impulsaron los legisladores Leonardo Viteri y Galo Lara, por ejemplo.
Neira anota, que el Reglamento de Fiscalización aprobado por el Consejo de Administración Legislativa (CAL) está direccionado a impedir cuanto enjuiciamiento político se quiera, pues viola (art. 19 y 20) no solo la facultad constitucional que tienen los comisionados para interpelar, sino también el propio Mandato 23 que dio vida al CAL en virtud de lo ordenado en el art. 17 del régimen de transición aprobado por el pueblo, en el combo constitucional.
De allí que se pregunta: ¿En qué queda entonces la supremacía constitucional consagrada en la Carta Política (título IX)? ¿No resulta incongruente que siete comisionados que integran el CAL dicten un reglamento amañado para bloquear cualquier ejercicio serio de fiscalización? ¿Y el derecho constitucionalmente privativo del legislador a interpelar se nulita cuando los mencionados arts. 19 y 20 condicionan el juicio político a lo que recomiende la Comisión de Fiscalización? Y el art. 11, numerales 4 y 5, de la Constitución, ¿son adorno?

No hay mas vueltas que darle. La fiscalización es un fiasco. Mas bien dicho, una pantomima inventada por la "revolución ciudadana", acota Neira.

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