sábado, 6 de febrero de 2010

16.18. Asfixia de propaganda demanda la revolucion de Correa


En los ocho primeros meses del 2009 (Diario Hoy, 22 sept 2009), los gastos en publicidad del Gobierno se han incrementado en 20% en relación con igual período de 2008. De acuerdo con Infomedia Ibope-Time, en esos ocho meses, el Gobierno gastó USD 11. 4 millones, sobre los USD 2 millones más que en el mismo lapso del año anterior.

Se observa, que durante los meses de procesos electorales, tanto en 2008 como en 2009, se duplicaron los gastos en relación con los mismos meses de los años precedentes. Sin embargo, en todo el tiempo se evidencia un gasto publicitario continuo y significativo. Al tiempo de la publicidad, se debe añadir el de las cadenas sabatinas. Adicionalmente y luego de las elecciones, continúan los semanales “Informes a la Nación” y los spots publicitarios de “La Patria es de todos” y otros por el estilo que aparecen hasta en los noticieros y con regularidad.
Es paradójico que el Gobierno, que de forma reiterada crítica al mercado, utilice un mecanismo característico de este, el publicitario, como estrategia de "comunicación" política. También lo es el que, pese a los ataques a los medios y periodistas, ningún mandatario en el pasado haya tenido y tiene tanta exposición mediática como el presidente Correa.
Correa advirtió hace tiempo que se mantendrá en campaña de forma permanente. Los altos gastos publicitarios confirman su decisión de seguir en esta, aunque no haya nuevas elecciones en la mira inmediata.

Lo más destacable del Ecuador de hoy, señala Alfredo Pinoargote (Vistazo, edición 1012, octubre 2009) es la inseguridad, el desempleo y la corrupción. El ajuste de cuentas no puede ser con quienes acolitaban los latrocinios de la partidocracia porque la revolución ya les ha regalado la impunidad, y ha elevado a categoría de asunto de estado -plenamente legalizado- el contratar a dedo, con sobreprecios, sin estudios, ni control, ni fiscalización.
De otra parte, es una agresión a la ciudadanía engañarla mediante una propaganda sofocante que habla de maravillas que no existen. Es un abuso aumentar impuestos a los que pagan cumplidamente mientras más de mil millones de dólares no se cobran a los evasores profesionales. Es un atropello llevarse la plata de la seguridad social para financiar a un gobierno que no presta servicios públicos elementales como la seguridad mientras los trabajadores dueños del dinero tienen jubilaciones de hambre y ni siquiera prestaciones médicas básicas.
La rendición de cuentas no manipulada es emergente y necesaria a fin de rectificar. El ajuste de cuentas sólo es posible dialogando con actores sociales que desde hace mucho buscan el cambio, un cambio sin requiebres de derecha o izquierda que no se incline ante las imposiciones de una tiranía, facilitando el acceso de la ciudadanía a los controles del Estado para prevenir y evitar peculados, en particular.

Maníquea promoción propagandística de Correa

Diario Hoy (13 enero 2010) protesta por el “Repudiable abuso de las cadenas del Gobierno”. El abuso de las cadenas nacionales y de la publicidad gubernamental no solo se evidencia en excesos como la difusión de 233 cadenas en el año 2009, la mayoría de las cuales tuvieron como centro al Ejecutivo y, sobre todo, al presidente de la República, o que el Gobierno haya ocupado el primer lugar entre los 15 mayores anunciantes: solo en 11 meses, pautó 712 horas de publicidad en la televisión, o que el gasto anual en este rubro llegue a $40 millones, según señaló días atrás una amplia crónicas informativa y de análisis de diario El Comercio.

El reclamo se evidencia, además, en el hecho insólito de que, a cuenta de las cadenas, se interrumpen programas informativos para atacar a periodistas independientes. La Ley determina que las cadenas oficiales se deben utilizar de forma exclusiva para transmitir información de las actividades del Gobierno y los dignatarios y funcionarios públicos. No obstante, sin que importen la Ley ni mucho menos la ética, se las usa para denostar y atacar a periodistas, como aconteció ayer en una cadena de alrededor de nueve minutos, en la cual se manipularon informaciones y comentarios para denostar y atacar al director de HOY, Jaime Mantilla, y al periodista Jorge Ortiz.

Hoy destaca que no es honesto ni ético utilizar recursos públicos con esos objetivos o con propósitos intimidatorios o para influir sobre procesos judiciales en curso. Hacerlo, además, es una forma de corrupción puesto que se aprovecha del poder y del dinero del pueblo no en función del bien común, sino para satisfacer las apetencias de personas o grupos en el poder: en este caso, en función de inocultables ánimos vengativos, se difunden cadenas contra ciudadanos a los que se considera críticos, opositores y hasta enemigos del Gobierno. Si hubiese autoridades de control independientes y confiables, deberían exigir que rindan cuentas los publicistas oficiales sobre este repudiable abuso contra la teleaudiencia y la ciudadanía.
Más sobre el gran despliegue propagandístico del régimen, se aprecia en los siguientes subtemas:

12.14. Vergonzantes enlaces sabatinos de Correa;
12.15. Holding estatal de medios crece para apuntalar el discurso único;
16.22. Monopolios y abusos mediáticos del Gobierno

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