
Varios hechos de corrupción se han promovido en estos últimos 3 años de la revolución de Correa. Pero la fiscalización prácticamente brilla de ausencia.
Entre los casos de mayores impactos citamos los siguientes:
1. Los tratos con intermediarios venezolanos de la deuda externa -de los cuales hay un video grabado por iniciativa oficial (Ricardo Patiño)-.
2. El abuso de las declaratorias de emergencia para firmar contratos multimillonarios a dedo a empresas ligadas con Fabricio Correa y otros.
3. La insólita adjudicación por orden presidencial de las concesiones a Ivanhoe y el campo Sacha (joya de la corona petrolera), las facilitaciones ilegales del campo Palo Azul a empresas relacionadas con los Hnos Isaías Dassun y Petrobras.
4. Las múltiples adjudicaciones ilegales impulsadas desde el Ministerio de Salud y Obras Públicas.
5. La falta de acción del Ministerio de Justicia para velar porque haya una correcta tramitación del mayor juicio de la historia: el atraco y quiebra del Filanbanco.
6. El descubrimiento del sistema de sobornos o coimas a toda clase de funcionarios por la empresa de tragamonedas Invermun, explican en primer momento el increíble calificativo que dio Lucio Gutiérrez; “este gobierno, es el más corrupto desde que la última dictadura militar -1979- entregó el poder”.
Vale detenernos en este último punto, sobre el caso Invermun, el de los “tragamonedas”. En este asunto, quedó evidenciada, afirma Jorge Vivanco (Expreso 18 noviembre 2009) la compra de: jueces, altos burócratas , instituciones de control constitucional, altos miembros del entorno íntimo del poder; elaboración de un amplio listado de burócratas y testaferros intermediarios con un código de identificación para el soborno; desfile de manos sucias que recibían en sobres de papel manila los billetes; “contribuciones” electorales que incluían desde afiches hasta automóviles (entregado a Pierina Correa, candidata por PAIS a Prefecta del Guayas); institucionalización de los amparos legales para violar la misma ley.
El colmo del cinismo, anota Vivanco, se da cuando el juez de Tosagua (Manabí) concede el amparo de protección a la mentada empresa, sosteniendo que “no es juego de azar” el que se realiza en estos antros, sino de “destrezas”. Y ase autorizó que siga funcionando. El Consejo de la Judicatura canceló a este juez, pero -para caerse de espaldas- la Corte Constitucional “ratificó la validez del amparo concedido a la casa de juegos”. El juez cancelado después apareció como asesor del alcalde de Jipijapa.
Y por orden de alguien, sin respetar trámites legales ni aplicar un principio elemental de prudencia para conservar documentos y otras pruebas, se allanaron los locales en donde funcionaban las oficinas de estas “tragamonedas”, por parte de la Fiscalía, y se llevaron cajones de documentos. Y las evidencias,…”están en investigaciones”. Pasan los meses y la causa va camino a quedar en la impunidad.
¡Qué desgracia la nuestra! Vivanco destaca que “Estamos ante una descomposición moral a todo nivel; no hay quien defienda el haber ético de la sociedad, que es su principal sostén. La corrupción nos carcome”.
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