jueves, 4 de febrero de 2010

16.17. Corrupcion sigue a flote en la actual administracion


Hay una acción (o aparente intención) positiva de este Gobierno: terminar con los grupos de interés que se han aprovechado del Estado, sean estos políticos, empresariales o sindicales. Sus intereses se habían convertido en los supuestos intereses del país.

Mas, para Pablo Lucio Paredes (El Universo 3 oct 2009), la sana intención se ha estrellado contra dos muros: la visión del Gobierno es totalmente equivocada sobre el porqué de estos grupos tan poderosos, y por eso mismo, lo único que ha hecho es reemplazarlos por nuevos grupos articulados a Alianza PAIS. Nefasto. Así la corrupción sigue a flote. La oferta de luchar contra ésta, quedo en el mero discurso embaucador.

Lucio Paredes anota que los grupos de interés que existen y existirán siempre, aquí y en todas partes, poco tienen que ver con que la gente sea mejor o peor (porque el promedio de ética es más o menos igual en toda geografía, tiempo o Gobierno). La diferencia es que adquieren enorme poder cuando encuentran un caldo de cultivo inmejorable en el crecimiento del intervencionismo estatal. La competencia privada (que no es en absoluto perfecta) es por espacios de mercado, de clientes y de ganancias. La lucha por el espacio público es por prebendas, negocios, poder. Lo primero necesariamente pasa por un mínimo esfuerzo de producir algo que la gente aprecie; se puede “exagerar” en precios, pagar malos sueldos o evadir impuestos, pero necesariamente tiene que haber un producto en el mercado que lo sustente, esforzarse y dar algo a cambio de las “ganancias exageradas”. En lo estatal, la pelea muchas veces es simplemente por influencias, para ganar contratos sin competencia. Solo hay que cumplir el contrato, y muchas veces, es aún mejor, no cumplirlo.

Para eso están los “padrinos”. O utilizar los contactos para pasarse por encima de controles y regulaciones cada vez más estrictos, exagerados e innecesarios. Ese es el gran error (¿ignorancia o mala fe?) del Gobierno: creer que los contratistas son culpables de haber aceptado contratos con malos estudios, cuando eso se da por las “emergencias” que el Gobierno decretó, o que la gente trata de evitar las regulaciones porque no es patriota.
Ahí está el incentivo para que estos grupos se aprovechen: mucho gasto, emergencias y regulaciones. El caldo ideal. ¿O el Gobierno de los economistas sabios, no sabía de esos incentivos tan perversos?

Por ello es que Lucio Paredes considera que surgen dudas cuando el campo Sacha se entrega de manera extraña a los venezolanos, o en Coca-Codo hay los mismos casos de precios crecientes que supuestamente eran los males del pasado, hay contratos de obra pública “apadrinados” denunciados por el propio hermano del Presidente… y tantos otros. Frente a esto, la Contraloría y la Fiscalía nada hacen, pero parece cada vez más evidente que el caldo de cultivo está fermentando. Los grupos de poder están de vuelta con otros nombres y apellidos. Ya habíamos visto que la acción política de Alianza PAIS es la misma de la partidocracia, ahora parece que sus ansias de poder y dinero también. Desde el inicio el plan siempre fue el mismo: cambiar de manos el poder y los negocios. Nada más.

Tareas por impulsar para bloquear la corrupción desenfrenada

“Es necesario redoblar los esfuerzos en la lucha contra la corrupción, por lo que al hacerlo estaremos luchando contra la pobreza”, dijo Huguette Labelle, Presidenta de Transparency International (TI), con ocasión de la presentación en Berlín del Informe Global de la Corrupción 2008 (http://www.dw-world.de/dw/article/ 0,,3664916,00.html).

Labelle anotó que en los países de bajos ingresos, la corrupción desenfrenada pone en peligro la lucha mundial contra la pobreza, y amenaza con frustrar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU. Esto va especialmente para los países como Ecuador que con menos de 3 sobre 10 de puntaje, y junto a Venezuela, Nicaragua, Bolívia, Haití y otros que viven sumergidos en una rampante corrupción desenfrenada.

Como sugiere TI, el desafío de los países de bajos ingresos, en especial, para controlar la corrupción se exige trabajar por tener instituciones sociales, gobierno, Poder Judicial un control parlamentario que funcionen adecuadamente y con eficacia
Adicionalmente, se deben de contar con medios de comunicación independientes, una activa sociedad civil, un código de conducta vinculante de las empresas que operan a nivel internacional.
Sin esfuerzos mancomunados de las partes mencionadas, la corrupción seguirá campante.

www.ticsdemanabi.net

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